Los fermentados son alimentos con muchas propiedades interesantes, sobre todo por su gran efecto inmunoestimulante. Los fermentados vegetales ayudan a recuperar la flora intestinal mediante la estimulación del desarrollo de bacterias saludables.
Además, poseen un poderoso efecto digestivo, ayudando en la digestión y asimilación de nutrientes y son una importante fuente de vitaminas, sobre todo de vitamina C.
Se elaboran dejándolos macerar durante un tiempo a temperatura ambiente con abundante sal marina (por supuesto, no refinada), por lo que se pueden elaborar en casa de manera sencilla.
Desde los pickles (fermentados de verduras) como el chucrut(del cual, por cierto, ya he elaborado mi 1ª tanda), hasta fermentados de cereales, como el miso, de frutas (como el umeboshi) o de la soja (como el tempeh, el tamari, el tofu,…); o de soja y trigo (como el Shoyu). Inclúyelos progresivamente en tu alimentación, sobre todo si estás atravesando una tapa de transición entre un tipo de dieta rica en refinados a una dieta rica en alimentos integrales; si has tomado antibióticos recientemente, si tus defensas están debilitadas o estás convaleciente de alguna enfermedad, o simplemente si te sientes cansado o débil.
Si no te gusta demasiado su sabor salado, un tanto fuerte para algun@s en el caso de los pickles, pueden pasarse por agua antes de consumirlos. Lo mismo si debes evitar consumir demasiada sal o debes reducir su consumo de tu dieta.