Cómo mantener tu motivación en alza

Hoy quiero hablarte algo más del concepto de coaching nutricional. Antes de nada, quiero dejar claro que el enfoque de coaching nutricional no debe, en ningún caso, substituir al asesoramiento y supervisión que ofrece un profesional de la nutrición. Es decir, se trata de una herramienta complementaria al tratamiento dietético, para ayudar a que el paciente logre sus objetivos, pero nunca debe suponer un tratamiento único por sí mismo. Es necesario, por eso, que un dietista o dietista-nutricionista diseñe un plan dietético personalizado. Por eso, debes desconfiar de aquellas personas que se definen como coaches nutricionales sin estar en posesión de la titulación sanitaria especializada en este caso.

Por otro lado, el coach nutricional es una herramienta muy útil y recomendable en cualquier plan nutricional, pero no todo el mundo la necesita para lograr con éxito sus objetivos, por tanto, no creas tampoco la teoría de que es imprescindible.

Dicho esto, quiero comparar el coach nutricional con la vida. En ambos casos, es imprescindible tener presentes las meta/s que nos motiven para seguir adelante. Refiriéndome al coaching nutricional, no solo trabajamos hacia un objetivo físico, sino que también trazamos un plan que te lleve a alcanzar tu objetivo emocional.

Cuando empiezas un plan nutricional acompañado de un plan de coaching, no solo te limitas a seguir una pauta dietética determinada. También es necesario e imprescindible identificar y definir este objetivo personal de motivación. Debe ser una meta objetiva, medible, temporalizable en el tiempo y alcanzable. Me refiero a aquello por lo que hemos querido adoptar este plan nutricional. Puede ser un objetivo que incluso a nosotros mismos puede parecernos insignificante, superficial o ridículo ante otras personas. Pero en cualquier caso, debes identificarlo y respetarlo. Es tu objetivo personal motivacional. Una vez lo hayas concretado, deberás compartirlo con tu coach y, si lo deseas, con tu entorno de personas más cercano, aquellas en las que sepas que puedas encontrar un apoyo en momentos difíciles, de manera incondicional. No obstante, tu principal apoyo para alcanzar cualquier meta debes ser tú mism@. El refuerzo de tu confianza y seguridad también se trabaja en tu plan de coaching nutricional.

Ya sea por poder ponerte esa ropa que tanto te gusta, o por sentirte más ligero para montar en bici, para bailar, para compartir el tiempo libre con tus hij@s o familia, para volver a recuperar tu autoestima o para sentirte más atractiv@ contigo mism@ y para tu pareja; tu objetivo emocional debe estar siempre presente en tu proceso y debe ser lo suficientemente poderoso para ayudarte a no abandonar tu plan. Debe ser suficientemente potente para ayudarte a superar los obstáculos que puedan presentarse en tu camino. No creas que no existe un objetivo emocional suficientemente poderoso para ti. Todo el mundo, abosultamente todo el mundo, puede definirlo, solo debes dedicar un tiempo a reflexionar y a pensar en aquello que realmente te ha impulsado a mejorar, intentando especificarlo al máximo. No valen pensamientos del estilo :»sentirme mejor, sentirme bien,…» . Estos son pensamientos muy válidos, pero deberías pensar en la razón verdadera por la cual deseas sentirte «bien». Intenta imaginarte sintiéndote bien: tu imagen en ese momento, lo que haces, tus emociones, todo eso son factores que seguro podrán ayudarte.

Pero no te preocupes, el objetivo emocional puede revisarse y modicarse si lo deseas a lo largo del proceso; ; siempre va a depender de tu grado de motivación en cada momento hacia este objetivo. Todo esto conlleva, naturalmente, una actitud sincera, primero contigo mism@ y después con tu coach. Deberá ser tu persona de confianza, a quien podrás explicarle tus preocupaciones o deseos sin miedo a ser juzgado, para que en conjunto podamos identificar tanto tus debilidades como tus fortalezas. Solo de esta forma, podremos trabajar con ellos. Recuerda que en un plan de coaching nutricional profesional nunca se juzga al paciente, sino que se le refuerza positivamente y se le ayuda a encontrar sus propias herramientas y a utilizarlas de manera adecuada. Los errores o momentos de inseguridad o de debilidad serán siempre tomados como un aprendizaje y deberán servir para seguir avanzando; nunca serán tomados como un signo de fracaso o como un motivo de culpa.

Para mantener constante y elevado tu grado de motivación, existen también ciertos recursos que pueden ayudarte y que puedes poner en práctica cuando lo necesites. ¿Quieres saber cuáles son? aquí van:

Recuerda lo negativo. Qué es lo que te ha llevado a iniciar un plan nutricional y/o de salud (sensaciones frustantes, una baja autoestima, etc..)

Utilizar algún elemento motivador: mantener siempre visible para ti, algo que te ayude a visualizarte a ti mismo/a en el futuro,una vez alcances tus objetivos. (Puede ser una foto o un vídeo, una prenda de ropa, unas zapatillas de deporte, un evento determinado, una recompensa, etc.)

Adelántate a las dificultades. Seguro que de antemano sabes o prevées algunas dificultades. Analízalas siendo sincero contigo mismo e intenta trazar para cada una de ellas un recurso o herramienta que puedas emplear en esos momentos o situaciones (puede ser un cambio de algún hábito que no nos favorece, un cambio de horarios, de actividad, una receta de un snack que nos guste, un cambio de compañía o de compañeros, etc..)

No te obsesiones. Guarda un momento del día para realizar una actividad agradable o desestresante (puede ser en solitario o en grupo). Esto te ayudará a disminuir tu ansiedad y a desplazar tus pensamientos hacia otras cosas que no sean tu pauta nutricional.

– En situaciones donde sientas que no puedes evitar o escapar de ciertas tentaciones, sé consciente de ello y no te sientas culpable si has sido incapaz de mantenerte firme. Inmediatamente después, seguiremos trabajando como antes, revisaremos las causas que te han llevado a tropezar y buscaremos otras herramientas para poderlas evitar en el futuro. Solo deberá suponer un obstáculo más en tu camino y nunca un fracaso ni un motivo de abandono.

– Con cada logro alcanzado, puedes «premiarte» con algún tipo de recompensa, pero nunca debe consistir en una recompensa nutricional, ya que no debemos vincular las emociones con la comida. Recurre a otra actividad, acción u objeto que que desees o que te aporte diversión, relajación, etc.. y que no suponga distraerte de tu plan (Ejemplo: hacerte un auto-regalo, probar una actividad o curso nuevo, etc..).

Comparte con tu coach y, si quieres, con alguien de confianza, las situaciones difíciles o emociones desagradables que te vayas encontrando por el camino. Eso ayudará a relativizar la importancia de esos inconvenientes y a aliviar tu malestar, físico o emocional. Y por último, expresar ese malestar, desilusión, incomodidad o inseguridad es realmente útil para poder superarlo si esa misma situación o circunstancia vuelve a presentarse en el futuro.

– Piensa que cualquier logro, aunque no sea el que inicialmente buscabas o esperabas, sigue siendo un logro en sí mismo y no por ello menos importante que otros logros más ambiciosos. Establece pequeños objetivos diarios y semanales y alégrate y siéntete orgulloso a medida que vayas cumpliéndolos.

Disfruta de tu recorrido. Una buena costumbre es echar la vista atrás y pensar en el camino que yas has recorrido, con todas sus dificultades y tus mejoras. Esto te ayudará a reforzar de manera inconsciente el pensamiento de que eres capaz de cualquier cosa que te propongas, si realmente lo deseas y te comprometes a ello, y te dará seguridad para confiar en ti mism@ y en tu capacidad de superación de problemas que seguramente pensabas que eran invencibles hace un tiempo. El proceso de coaching nutricional seguramente implicará cambiar algunos de tus hábitos por otros. Aunque estos cambios puedan resultar algo duros en un principio, con el tiempo sentirás que han valido la pena y que te han aportado muchos beneficios que ni siquiera te imaginabas. Y dejarán de ser algo complicado para ti.

-Por último, ten presente que nunca es tarde para empezar y que siempre se puede comenzar a de nuevo, cuando se trata de mejorar y sentirse bien con uno mism@.

Para concluir, el proceso de coach nutricional es un plan en el que tú mism@ serás tu propi@ guía, en el que tú mism@ deberás buscar y encontrar estrategias o herramientas que te ayuden a lograr tu objetivo. Tú eres el protagonista y la figura de tu coach, además de trazar tu pauta dietética, será tu acompañante durante este camino. No va a reñirte o a juzgarte, pero cuestionará tus actitudes o incluso tus hábitos, inconscientes o no, si éstos no te ayudan a avanzar.

El proceso puede ser más o menos complejo, más o menos largo, todo dependerá de tu predisposición, compromiso y motivación!!

Suerte y salud,

Noemi Reyes