Alimentación y estrés: qué debes evitar

alimentación-y-estres-1-1200x565En algún momento o etapa de nuestra vida, todos pasamos por momentos de ansiedad, nerviosismo, insomnio….incluso podemos presentar, al mismo tiempo, otros síntomas, como trastornos gástricos, estreñimiento, etc..Si has pasado o te encuentras en esta situación, párate a pensar si también te acompaña un nivel elevado de estrés, porque, en muchos casos, no somos conscientes de ello y puede provocar éstos y otros síntomas. Por otro lado, el tipo de nutrientes que aportas a tu cuerpo en este caso es un factor esencial para contrarrestar y prevenirlo; unido, por supuesto, a unos hábitos de vida saludables, como el descanso suficiente y la práctica de actividad física.

En cuanto a la alimentación, hay ciertos alimentos que deberías evitar para ayudar a equilibrar tu sistema nervioso:

  • Azúcar refinado: presente en muchos alimentos procesados, destruye nuestra flora intestinal y provoca picos de glucemia que causan un descenso de energía poco después de consumirlos. Quédate con el azúcar intrínseco, presente de forma natural en alimentos como: dátiles, fruta fresca, cereales integrales, legumbres, etc..
  • Grasas trans:la mayoría de productos precocinados y procesados, y también lsa margarinas, contienen grasas tranformadas para conseguir texturas más apetitosas. Son grasas parcial y totalmente hidrogenadas y provocan el aumento del nivel de colesterol malo en sangre, sobrepeso y sobre todo, inflamación crónica en nuestro organismo. El estrés, ya de por sí, provoca inflamación crónica leve en nuestro organismo, por lo que el consumo de este tipo de grasas puede empeorarla aún más.
  • Alcohol: el alcohol favorece la aparición de problemas hepáticos, circulatorios e inflamatorios. Además, deshidrata el organismo, y la hidratación es uno de los puntos clave a mantener cuando nos sentimos estresados. Si piensas que el alcohol puede proporcionarte un cierto efecto de relajación, puedes substituirlo por bebidas probióticas, como el té kombutxa o el quéfir de agua; infusiones o simplemente agua. 
  • Café y estimulantes: la cafeína estimula la formación de cortisol, la hormona del estrés), que nuestro organismo ya fabrica de manera, teóricamente, adecuada (por ejemplo, con el ejercicio). Un nivel adecuado de cortisol nos permite estar activos sin caer en el nerviosismo. El consumo de cafeína o bebidas estimulantes provoca que el organismo fabrique más cortisol y puede llegar un momento que el organismo deje de producirla por sí mismo, provocando dependencia al café y a estos estimulantes externos. Además, hay personas que pueden tardar hasta 6 horas en sintetizar la cafeína, con el problema añadido de no poder relajarse cuando lo necesitan.
  • Sal: la sal es necesaria para regular muchos procesos metábolicos de nuestro organismo, hasta un máximo de 5 mg/día, según la OMS. Los productos envasados y ultra procesados suelen contener mucha sal y hace que consumamos mucha más de la necesaria. Además, se trata normalmente, de sal refinada y de baja calidad. Su consumo excesivo puede provocar hipertensión, retención de líquidos, varices, fallo renal, trastornos gástricos, problemas óseos y problemas cardiovasculares. Susbtituye la sal para condimentar por hierbas aromáticas, ajo y/o especias y consume alimentos más alimentos frescos para mantenerla a raya.
  • Chocolate: su consumo provoca placer y genera endorfinas y serotonina (hormonas de la felicidad). El problema es el contenido excesivo de azúcar presente en la mayoría de chocolate que consumimos, por lo que su efecto será justamente el contrario. Para aprovechar sus beneficios deberás escoger chocolate negro (mín. 85% de cacao) con poco azúcar, y consumirlo con moderación, ya que también contiene cafeína. 

Alimentos recomendables para rebajar el stress:

  • Proteínas: son necesarias para regenerar tejidos y formar neurotransmisores.
    Te recomiendo las de origen vegetal, procedentes de legumbres, frutos secos, espirulina, chia, soja y derivados, preferiblemente a las de origen animal. Si consumes huevo o carnes, mejor blanca y ecológicos. El pescado, sobretodo el azul y de pequeño tamaño.
  • Grasas saludables: imprescindibles. Sacian y evitan picos de glucemia, forman parte de las membranas celulares y favorecen el funcionamiento correcto del sistema nervioso. Presentes en : aguacate, huevo, aceites vegetales de primera presión, pescado azul salvaje y pequeño, frutos secos.
  • Hidratos de carbono complejos: regulan el nivel de glucosa en sangre, proporcionan energía de manera estable y duradera, favorecen un buen descanso. Presentes en: tubérculos, calabaza, cereales integrales, legumbres.
  • Vitaminas y minerales: son indispensables en los procesos antioxidantes y ayudan a reducir la inflamación. Verduras y frutas frescas y de temporada, de colores variados y consumidas preferiblemente crudas o en cocciones cortas. Inclúyelas cada día en tus platos.