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HAMBURGUESAS VEGANAS DE QUINOA Y TRIGO SARRACENO

Esta es otra de las recetas veganas estrenadas durante la cuarentena, de las que me siento especialmente satisfecha, porque han quedado perfectas desde el primer intento 🙂

Son unas hamburguesas veganas de sobras saludables porque no están fritas, sino horneadas. A parte de eso, su aporte de proteínas es completo, gracias a estos dos pseudo-cereales, tan poderosos cada uno de ellos a nivel nutricional. Su aporte de carbohidratos de absorción lenta y de fibra, sin duda te saciarán durante varias horas y evitarán fluctuaciones bruscas del nivel de glucosa en sangre después de comer.

Además, su elaboración es de lo más sencilla. ¡Vamos con la receta!

Ingredientes (para unas 7 hamburguesas gruesas, dependiendo del molde o del tamaño que les quieras dar)

  • 1/2 tazón de trigo sarraceno
  • 1/2 tazón de quinoa (yo usé una mezcla de 3 variedades, pero puedes usar solo de un tipo)
  • 1 c.s. de *sal negra kala namak (es fundamental usar este tipo de sal en esta receta y en otras muchas recetas veganas, por su sabor particular, que recuerda al huevo. No he probado a hacerlas con otro tipo de sal, pero creo que el resultado debería ser igualmente bueno, aunque de sabor algo diferente).
  • 1 c.s. de ajo en polvo
  • 1 c.s. de pimentón dulce
  • 1 c.p. de cúrcuma
  • 1 c.p. de jengibre en polvo
  • 1 taza de harina de garbanzo
  • agua

Preparación:

Lavamos bien la quinoa y el trigo sarraceno antes de cocerlos. Ponemos a hervir 5 tazones de agua en una olla (usa el mismo recipiente que para medir los cereales) junto a la sal, la cúrcuma y el jengibre. Cuando el agua rompa a hervir, echamos la quinoa y el trigo sarraceno y los dejamos cocer a fuego medio-bajo hasta que hayan absorbido toda el agua.

En un bol aparte, mezclamos la harina de garbanzo, el pimentón y el ajo en polvo. Añadimos a esta mezcla los cereales cocidos y mezclamos todo bien para conseguir una masa de textura densa y lo más compacta posible (puedes añadir un poco más de la mezcla de harina con pimentón y ajo molido si lo crees necesario, pero lo mínimo posible). Dejamos enfriar la masa y le damos forma a las hamburguesas con la mano o con un molde de forma redonda.

Guardamos en el congelador durante 1 hora justo antes de hornearlas (si las vas a comer más tarde, consérvalas en la nevera hasta la hora de meterlas en el congelador). Este paso es importante para mantenerlas firmes durante la cocción, pero no es imprescindible.

Un cuarto de hora antes de sacarlas del congelador, enciende el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Pon las hamburguesas encima de una lámina de papel encerado en la bandeja del horno y déjalas durante unos 10′, mirando que no se cocinen demasiado para evitar que queden demasiado secas.

Si lo prefieres, puedes hacerlas un poco más jugosas friendo las hamburguesas en una sartén con aceite de oliva virgen muy caliente durante unos 2′ por cada lado, pero intenta absorber el máximo de aceite, dejándolas sobre papel de cocina antes de comerlas.

Si haz hecho esta receta y te ha gustado, publícala en las redes y etiquétame con el hashtag #fitoneat para poderlas ver!

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