Una receta sencilla y con muy pocos ingredientes, pero con resultado grandioso 🙂
Ingredientes (2 personas):
- 2 calabacines grandes
- 1 lata de tomate natural troceado
- Albahaca fresca
- 400 gr. de mozzarella fresca
- Sal fina no refinada o del Himalaya
- Pimienta negra
- Aceite de oliva virgen extra (a ojo)
- 1 pizca de bicarbonato o de azúcar integral de caña

Se pelan los calabacines y se cortan en rodajas longitudinales de 1/2 cm. Se van salteando por tandas en una sartén con algo de AOVE y se apartan. Se añade sal al gusto.
En un cazo mediano se vierte aceite (cantidad suficiente como para cubrir el fondo y un poco más), se calienta y se añade el tomate troceado. Se pone el fuego bajo. Añadimos: 1 cdita. de postre de bicarbonato o de azúcar integral de caña para matar la acidez natural del tomate ( si usas azúcar, que sea muy poca cantidad porque podría convertirse la salsa en mermelada…). Yo usé bicarbonato.
Se remueve constantemente, cada 2 o 3 minutos para evitar que se pegue al fondo de la olla. Pasados 30’ se añade sal y pimienta al gusto y la albahaca troceada. Apartar del fuego.

Se corta la mozzarella en rodajas de 1/2 cm. de grosor. En una bandeja de barro o apta para horno vamos poniendo capas, por este orden: calabacín, tomate y mozzarella y acabamos con una capa de mozzarella ( a mí me quedó algo escasa la mozzarella de la última capa, como verás en la foto del final).

Metemos al horno unos 25’ a 180°C y 5’ más gratinar en posición de gratinar a 200°C.
Sacamos del horno y dejamos reposar 10’ antes de devorarla:-)
Si haz hecho esta receta y te ha gustado, compártela en las redes con el hashtag #fitoneat
